Aragonesismo activo, Aragón vivo
Las organizaciones que convocamos este acto somos diversas, tanto por nuestros ámbitos de actuación, como por nuestras posiciones ideológicas, pero nos une un elemento en común, que es trabajar para Aragón y para la ciudadanía aragonesa, practicando un aragonesismo activo en cada una de nuestras acciones.
Somos aragonesistas, porque entendemos que hacer las cosas desde nuestro territorio es siempre mejor a que vengan otros desde la periferia a decidir sobre nosotros.
Además, siempre practicamos un aragonesismo desde la colaboración con otros territorios y otras gentes, somos conscientes que vivimos en un planeta que compartimos con muchas etnias, pueblos, países, territorios, naciones con y sin estado y buenas y también malas gentes.
Y este aragonesismo activo lo practicamos desde diversos ámbitos: cultural, sindical, político, social, educativo, personal, asociativo, lo hacemos en cada uno de los espacios que habitamos.
Somos el aragonesismo político, no podemos olvidar que algunos partidos aragoneses han sido el referente histórico de aragonesismo, y a lo largo de su trayectoria han sufrido fluctuaciones en su representación en las instituciones y también en su influencia social.
Estamos en un momento histórico extraño, nada es como creíamos que era y a la vez se ha instalado en la sociedad el todo vale para conseguir los objetivos, por eso, hay que tener cuidado con los advenedizos, partidos de ámbito estatal que se dicen “aragonesistas” pero que las decisiones las toman otros en Madrid, practican un aragonesismo electoral con el que pretenden engañar a la ciudadanía y ocupar un espacio que no les corresponde.
No podemos dejar desaparecer el aragonesismo de las instituciones, es un espacio ganado con mucho esfuerzo y no puede quedar en manos de partidos estatales y centralista que están sujetos a una obediencia debida a sus aparatos centrales.
Además, no podemos olvidar el preocupante crecimiento de la ultraderecha a la que hay que plantar cara y evitar que se instale en las instituciones y menos en los gobiernos.
Somos el aragonesismo cultural que debe de servir para conocernos mejor y poder crecer como pueblo, defendiendo nuestras lenguas que son un patrimonio de valor incalculable, desarrollando proyectos educativos que incluyan las diversidades aragonesas, exigiendo la protección y rehabilitación de nuestro descuidado y abandonado patrimonio, que en muchas ocasiones lo destruimos por incultura, por intereses de algunos pocos o lo dejamos desvanecerse en el olvido que deriva en su ruina.
Somos aragonesista también en lo sindical, los sindicatos aragoneses tienen que hacer mucho esfuerzo para desarrollarse, por el lastre de leyes estatales que sólo benefician a los sindicatos mayoritarios del estado español.
El sindicalismo el aragonés lucha para que los convenios sean de empresa, provinciales o autonómicos, pero nunca estatales, ya que son más precarios y no recogen las singularidades de nuestro mercado laboral, los convenios estatales solo benefician a las grandes empresas y a los sindicatos mayoritarios ya que obtienen beneficios a cambio de negociar penurias para las personas trabajadoras. Es necesario un marco aragonés de relaciones laborales para que podamos determinar cómo queremos nuestro mercado laboral aragonés.
Somos los aragonesistas que defendemos lo público, la sanidad, la educación, unos servicios dignos, los que queremos que se desarrolle un modelo económico diferente que sea redistributivo y justo.
Somos el aragonesismo que defiende la naturaleza, el paisaje y a los paisanos y paisanas, no podemos dejar destrozar nuestro territorio natural para que algunos ganen más y más dinero, sin importarles los destrozos medio ambientales que originan ahí tenemos el ejemplo de Canal Roya.
Queremos que desde nuestro aragonesismo se profundice en nuestro autogobierno, con una financiación adecuada, adaptada a nuestro territorio que nos dote de recursos para poder desarrollarnos en igualdad de condiciones, no queremos ni más, ni menos de lo que nos corresponde, y no podemos olvidarnos de que el estado español tiene una gran deuda histórica con Aragón.
Si queremos conseguir un Aragón más fuerte, más desarrollado, con más autogobierno; es necesario que el movimiento aragonesista esté fuerte, sobre todo para defendernos de esos ataques centralizadores y de uniformidad social, que matan lo diferente, que eliminan las singularidades, en la naturaleza la biodiversidad es necesaria en la sociedad la riqueza radica en la diversidad.
Que este 23 de abril sirva para que el aragonesismo se haga más fuerte, debemos de trabajar en una unión para fortalecernos frente a tantos y tantos ataques que sufrimos, y ya solo nos queda decir:
ENTALTO ARAGÓN