Museo de las guerras carlistas, Cantavieja

La bella y emblemática villa de Cantavieja en el Maestrazgo turolense, alberga en el número 15 de su calle Mayor, el llamado «Museo de las guerras carlistas». Desde el carlismo, desde el Partido Carlista de Aragón, siempre hemos denunciado que este pequeño espacio es en realidad, más allá del tópico, e incluso más allá de las caricaturas, cañones, espadas y banderas, una oportunidad perdida para  abordar y dar a conocer el verdadero sentido popular que acompañó a las insurgencias carlistas en nuestro territorio a lo largo del siglo XIX, y los motivos por los cuales miles de voluntarios engrosaron unos ejércitos en la defensa de una identidad propia y una forma de vida que desaparecía.

Entre las omisiones que encontramos tiene relevante importancia por su significación, la de la restitución que hizo el carlismo en esos años durante la llamada tercera guerra de la Diputación del General del Reino de Aragón. No vamos a entrar a valorar que esta y otras ausencias sean producto de razones de fondo que creemos bien fundadas, y pensaremos sin embargo que debe estar motivada por la limitación de espacio o por la falta de referencia a la causa que defendían los voluntarios aragoneses que nombramos anteriormente. Una vez restaurados los Fueros de Aragón por el pretendiente carlista, fue designado para la presidencia de la Diputación, José Galindo Vidiella, natural de Calaceite (Teruel). Todo este esfuerzo, estaba encaminado al intento de consolidar las instituciones aragonesas atacadas y suprimidas por el fuerte carácter centralizador y uniformador del liberalismo de la época.

A partir de esa omisión, no es de extrañar que con lo que nos encontramos sea con una exposición que dedica máxima atención al «clericalismo» carlista, cayendo en un tópico recurrente y ocultando toda complejidad de la sociedad de la época.

En cualquier caso, si bien este espacio carece de la verdadera crónica que escribieron hombres y mujeres hace ya más de un siglo, animamos a visitar El Maestrazgo, una zona históricamente olvidada y maltratada que sorprenderá al viajero con sus bellos pueblos y paisajes.  Como ya nos narró Pío Baroja en su obra, La venta de Mirambel:

«El Maestrazgo es una comarca aislada; en realidad, independiente de Valencia y de Aragón; es como una plataforma alta, erizada de montes como conos truncados, verdaderos castillos naturales, limitada por los antiguos reinos de Cataluña, Aragón y Valencia y extendida hasta el Mediterráneo.

El Maestrazgo es un país seco, árido, frío; pero sin embargo, tiene recursos para su población. Es un país de guerrilleros…»

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