La crisis sanitaria causada por la Covid-19 ha desencadenado una serie de desequilibrios en la economía global que se están sintiendo en todas las regiones del mundo debido a la globalización: El efecto domino es incontrolable.
Desequilibrio entre la demanda y la oferta de bienes de consumo y materias primas básicas:
Durante el confinamiento, a nivel global, las fábricas pararon, se cancelaron pedidos en curso y las previsiones de recuperación de la demanda tras el confinamiento se quedaron cortas. El efecto rebote de la demanda ha sido superior a lo esperado.
Semiconductores: el aumento de la demanda de equipos electrónicos para facilitar el teletrabajo, la comunicación y entretenimiento de las personas durante el confinamiento trajo consigo un aumento sustancial de la demanda de los semiconductores, componentes electrónicos, utilizados principalmente en la industria del automóvil, electrodomésticos, tecnológica y de videojuegos, los cuales son fabricados actualmente en mayor proporción en China y otros países asiáticos como Taiwan, Malasia, Corea del Sur. Según datos de Boston Consulting Group y de la Semiconductor Industry Association, en 1990, Europa, Estados Unidos y Japón lideraban la producción mundial de semiconductores, liderazgo que desean recuperar dada la dependencia creada y el impacto que ha tenido esta crisis en la economía occidental. Acciones concretas se han puesto en marcha para relocalizar y crear nuevas fábricas en Europa.
Se prevé que la demanda siga aumentando dada la proyección de crecimiento de la digitalización, la robotización y la transición energética del vehículo de combustión al vehículo eléctrico
Magnesio: vital para la producción de metales, por ejemplo, el aluminio altamente usado en la industria del automóvil. Una vez más, China, el mayor proveedor de magnesio del mundo amenaza la industria del automóvil europea debido al recorte de producción en sus fundiciones. La mayor parte del magnesio usado en Europa es importada de China. La escasez del magnesio impactaría significativamente a la industria del automóvil, duramente afectada por la escasez de semiconductores desde el 2020. El recorte en el suministro de magnesio de China es una consecuencia de la crisis energética que sufre el gigante asiático desde hace unos meses.
Colapso del flujo logístico internacional:
La cadena de suministro global está colapsada a solo dos meses de la Navidad, todos los elementos de la cadena intentan salir del atasco, pero la recuperación ha sido desacompasada y llevará unos cuantos meses recuperar el ritmo normal. Mientras China, la fábrica del mundo, recuperaba su actividad económica, en otras regiones como Europa y Estados Unidos, la actividad estaba bajo mínimos. Desequilibrios en el comercio internacional ocasionando verdaderos cuellos de botellas en los puertos, almacenes y medios de transportes.
Reflexiones
Este análisis que hemos realizado es una pequeña muestra de hasta qué punto la globalización nos afecta negativamente. Los responsables del coste social que esto ha supuesto se puede repartir a partes iguales entre las grandes corporaciones que en su día buscaron una mano de obra barata, para aumentar sus beneficios, deslocalizando la producción de nuestro entorno con el consiguiente cierre de factorías, centros de diseño industrial y tecnológico y los líderes políticos que durante las últimas décadas del siglo pasado, aplaudían estas decisiones.
En esta parte del mundo donde nos ha tocado vivir, en lo que todo que se adquiere lleva la etiqueta de usar y tirar sin valorar el impacto que su producción acarrea. Esta forma de consumo ha sido motivada por la invasión en el mercado de bienes de consumo a precio asequibles, lo cual ha significado a la larga el sacrificio de nuestra capacidad de decisión, volviéndonos enormemente dependientes y vulnerables.
La forma de consumir que hemos mencionado anteriormente es también uno de los factores que ha traído el tan nombrado cambio climático, posiblemente irreversible, y a pesar de ello los grandes bloques económicos impiden la toma de decisiones urgentes, como demuestran las posiciones de varios países tanto en la reciente cumbre del G20, celebrada en Roma y reuniones anteriores.
La economía circular, si bien es cierto que trae el aprovechamiento y reciclaje de materias ya utilizadas, no es sino una medida claramente insuficiente que está siendo utilizada tanto para ocultar el verdadero problema, como para el aprovechamiento con fines de marketing y renovación de imagen de grandes empresas que históricamente han vertido sus residuos a nuestro entorno.